Bachelet: Si tanto admiras a Ana Frank, es porque no leíste a Marx

La presidenta Michelle Bachelet visitó la casa de Ana Frank, judía alemana que vivió en Holanda y que sufrió las más terribles atrocidades de parte del régimen nazi, y declaró que ello le hizo recordar su experiencia cuando estaba detenida en Villa Grimaldi tras el 11 de septiembre de 1973. Esto provocó la reacción de Carlos Larraín que acertadamente señaló no solo que la situación de Bachelet no era comparable con la de Ana Frank, también dijo que la Unión Soviética aplaudió las invasiones nazis a Holanda, Bélgica y Francia en 1940 ya que eso era un avance en la lucha contra el capitalismo.

Pero no voy a centrar mi crítica en lo que dijo Larraín, probablemente el político de derecha con más carácter ante la izquierda actual. Lo que quiero expresarles con este post es que si Bachelet se conmovió con lo de Ana Frank, condenando el holocausto nazi, entonces por qué en nombre de los socialistas chilenos no haya hecho alguna disculpa simbólica de profesar una ideología que promovió el antisemitismo. Me dirán "oye estás diciendo que la presidenta es nazi", la respuesta es no, pero no fueron precisamente los nazis los que promovieron originalmente el antisemitismo.

Ante esto es fundamental citar partes del arftículo de Karl Marx sobre "La Cuestión Judía" donde expresaba desde hacía varios años conceptos de un antisemitismo virulento en sus artículos. En el primero de ellos, que data de 1842, titulado La cuestión judía, escribía que "el tráfico es el verdadero Dios de los judíos (…) El dinero es el Dios celoso de Israel frente al cual ningún otro podría existir". Esto fue promovido por ampliamente en la revolución rusa reforzando el viejo antisemitismo entre la clase obrera, dejando impregnado el antisemitismo en el Partido Comunista ruso, que fue ratificado en 1993, y que expandió por el este de Europa.

Ni siquiera hay que leer este libro, en una de las escenas finales de "La Lista de Schindler", el oficial soviético que libera a los judíos que trabajaban con Oskar Schindler, les recomendó que no fueran a oriente porque los odiaban. En principio me pareció raro cuando vi la película, pero ahora me queda más que claro. En el fondo lo que le quiero decir que no fue el nazismo, sino el socialismo quien promovió el antisemitismo en su versión contemporánea.

Ante esto ¿Con qué se queda Bachelet? ¿Si es socialista no debe pedir perdón? Bueno es comprensible, ya que la táctica del socialismo es como la del niño cobarde que se porta mal, y por eso recibe un buen golpe del niño que se portó bien, y luego el niño que se portó mal acusa al otro niño al padre o profesor porque le pegó.